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La Inteligencia artificial está absorbiéndonos, pero no acaba de saciarse


La IA en todas partes

Computadora antigua

Hace un año (mediados del 2024) leí que Israel usó un software denominado Lavender para identificar más de 35.000 objetivos militares en la franja de Gaza. Esta mañana le solicité a DeepSeek (otro modelo de Inteligencia Artificial – IA) me ayudara a crear un script de respaldo de un sistema de bases de datos. Luego, le pregunté a la IA cómo podría comportarse 3I/Atlas si se tratara de una nave extraterrestre. Seguidamente, apareció una publicidad en Youtube que me invitaba a comprar uno de los nuevos Hosting donde una IA me ayudaría a crear desde la Idea de negocio hasta el contenido de mi página Web. Por último, recibí un correo electrónico en LinkedIN que decía algo como: «Aprende cómo afrontar una entrevista de trabajo llevada a cabo por una IA»… La IA está en todos lados, sobretodo en la Internet.

Titular del El País de España

La inteligencia artificial está ingresando en los más exóticos campos de nuestra vida como una ventaja, como vehículo para hacer cosas que antes serían demasiado complejas, tediosas o costosas para un ser humano. Por citar sólo algunas: asistentes de programación, de dibujo, de redacción, de construcción, estrategia militar, compras, búsqueda de datos, edición de video y audio, asesoría jurídica, perfilamiento y segmentación social, profesores de idiomas, traducción automática, aprendizaje de máquinas, chats, servicio al cliente, entre muchas otras. En todos los casos, la IA aparece como algo que ya no podemos simplemente ignorar y que de no adoptar, estaremos atrás en la competencia por la vida misma.

Yo, por pura curiosidad sobre el alcance de estos modelos de lenguaje, le he preguntado a DeepSeek cómo puedo convertir una idea loca en un invento tangible. Me ha dado un plan detallado que incluye búsqueda de patentes, asesoría jurídica, construcción de prototipos, publicación científica, presupuesto estimado en Colombia, pruebas y todo lo necesario para que la idea se convierta en realidad. La IA no dejó nada por fuera y con mis preguntas sucesivas complementó aún más su respuesta y plan para hacer mi idea realidad. Y creo que no soy el único, conozco personas que preguntan temas que surgen en conversación familiar, recetas, ideas para juegos, chistes, entre otros.


Un lado oscuro de la IA: Ucrania y la Franja de Gaza

El caso de la franja de Gaza y la Guerra en Ucrania son, por mucho, los escenarios más tenebrosos que encontré. Lo que ocurre con Lavender en Gaza no es sólo un simple análisis de datos de personas, se trata de una inteligencia no humana que identificó lugares para arrojar bombas sobre más de 37000 seres humanos (a la fecha del artículo). Operadores militares en una oficina reciben un breve informe elaborado por Lavender sobre un «sospechoso», un operador valida en menos de 30 segundos, luego aprueba con un simple click. Por último, militares en campo reciben un listado de objetivos y bombardean el lugar. En el ataque mueren 2, 15, 40 o 100 personas, para los militares no importa, mucho menos para la IA que identificó los objetivos, tampoco importa si el objetivo se alcanzó. Pero las personas inocentes no volverán a la vida.

El caso de Ucrania es distinto, hablamos de naciones con ejércitos en una guerra, por decirlo de alguna forma, «tradicional», donde ambos bandos tienen una fuerza militar al menos equiparable en el campo de batalla. Algunos análisis geopolíticos hablan de que por lo menos el 85% de los muertos y heridos lo han sido por drones de algún tipo, en muchos casos operados a control remoto desde que despegan hasta que alcanzan su objetivo. En otros casos, un operador ubica el objetivo a distancia y luego un algoritmo se encarga de pilotear este explosivo volador hasta que se autodestruye con la víctima. Todo parece de video juego, como militar obtendrás puntos mientras más objetivos alcances. Sin remordimiento, sin culpa, sin ensuciarte y sin conocer a la persona que acabas de matar.

Fuente: CNN. Drones Ucranianos sobre vehículos adaptados a la guerra

Hay más casos de este tipo, aunque no sean tan sonados. Un programa que pilotea un avión en un simulador gana 5 de seis batallas aéreas contra un piloto experimentado, lógicamente las últimas cinco, la primera fue para recopilar datos y aprender. Un algoritmo crea y modela nuevas super-toxinas en menos de dos días dentro de un laboratorio de genética. Otro algoritmo, en un simulador afortunadamente, decide que lo mejor es matar a sus controladores humanos en tierra para superar la restricción de disparar a un enemigo ficticio. Para la Inteligencia Artificial, lo que importa no son sus tres leyes de la robótica propuestas por Asimov, que dudo las hayan metido en su memoria, sino alcanzar el objetivo para el que fueron creadas. Si es matar es matar, si es obtener dinero lo conseguirá, si se trata de ofertar un producto seguro lo conoceremos, si es llegar a algún punto hará todo lo que esté a su alcance.

¿qué pasa después de implementar estos programas en la vida real? ¿qué pasa después de que damos agencia a las máquinas para que elijan la música, nos sugieran contenido académico o nos digan cómo organizar nuestro tiempo en una semana complicada de trabajo. Por una parte, los programas no sólo aprenden y nos guían a través de acciones reales y tangibles, sino que se quedan con la información y se retroalimentan de acuerdo con los intereses de sus creadores, para que estos, en su afán de ganancia, perfeccionen la manera en que se apropian de recursos económicos cada vez más escasos.

¿Cómo nos desconectan los algoritmos?

Los efectos del algoritmo nos desconectan, nos hacen separar la causa del efecto . Como con la invención de la pólvora, el disparo a distancia permitió romper la relación entre el hecho de disparar y la persona herida. Quien arrojó las bombas no vio a sus víctimas, quizás sólo vio siluetas en un monitor infrarojo a 500 o 2000 metros. La ruptura entre el acto y la responsabilidad del mismo, facilitan la concreción del acto atroz sobre personas que son deshumanizadas. De alguna forma, el algoritmo rompe la conexión moral con nuestros congéneres.

Banner publicitario Alexa

Y el problema no es cuándo construiremos el exterminador con esqueleto metálico y piel humana que vendrá por nosotros desde el futuro, sino que mientras lo esperamos, los algoritmos se quedan con nuestras vidas de otra forma. De nada sirve tener una IA que te ayuda a redactar correos corporativos sino tienes trabajo. De nada sirve una IA que transcribe una reunión virtual si las personas que participaron no saben que harán con ese proyecto del que hablaron durante horas. De nada sirve tener a Alexa (saber qué es Amazon Alexa) funcionando y eligiendo la mejor música para cada ocasión sino tienes el dinero para comprar los pasabocas, las bebidas y el plato fuerte de la noche. Mientras pensamos y tratamos de evitar nuestra muerte a manos de los algoritmos, los dueños de estos, los mismos de siempre, los que poseen los medios de producción –diría Karl Marx- se enriquecen y reducen nuestras economías al mínimo de subsistencia: lo suficiente para que no muramos de hambre y podamos seguir exprimiendo un poco de nuestros salarios en sus tasas llenas de dinero.

Escena Terminator II, la salvación.

El problema de la maquinaria subyacente, pequeños engranajes construidos para motivos muy nobles que inundan todos los aspectos de la vida moderna. Desde las conversaciones cotidianas hasta los medios de comunicación, desde la movilidad particular hasta la coordinación de todas las cadenas de transporte y suministro, desde los pagos en la tienda de la esquina hasta el sistema financiero global, todo está cada vez más conectado con ganancias para unos pocos. Las máquinas y los algoritmos inundan nuestras vidas con una red de conexiones que extraen la plusvalía ya no hacia gobiernos o entidades financiera, sino hacia los magnates del mundo tecnológico.

Podríamos estar creando y enseñando a las máquinas como controlarnos, como exprimirnos para unos pocos, cómo ser útiles a los fines que les dictan. Tal vez , también, en el futuro, estas personas que controlan el gran capital de la información se vuelvan contingentes y entonces las máquinas no nos matarán con un holocausto nuclear al estilo de Terminator, o nos usen como baterías al estilo de Matrix, sino que simplemente nos corten el chorro, quizá una hambruna, una toxina bien dirigida o simplemente nos dejan acabar con el medio ambiente. Las máquinas no necesitan animales corriendo por una sabana africana o tomar el sol en una playa caribeña.

El futuro: Exterminio o desarrollo indiferente

En el futuro no se requerirá humano para operar una planta nuclear, obtener energía geotérmica o usar paneles solares. No tendrá sentido usar ametralladoras o bombas para matar humanos cuando se podría crear virus, acabar con el agua dulce o deteriorar la calidad del aire, no tendrá sentido usar personas como baterías cuando la energía del sol es virtualmente ilimitada cuando no hayan personas que consumen recursos escasos.

Morpheus explica a Neo qué pasó con la humanidad después de que las Máquinas tomaron el control

¡Claro! y todo esto son globos al aire. Ideas apocalípticas que nos llevan a reflexionar sobre qué hacemos con nuestros datos y qué agencia le estamos dando a los algoritmos, y por conexión con los propietarios de estos algoritmos, qué tantos recursos estamos produciendo para los dueños de esta tecnología.

Amplia, resiliente, incontestable, efectiva, multiactiva, que nos conoce mucho mejor que nosotros mismos, los algoritmos y la Inteligencia artificial se convirtieron en el mecanismo perfecto de explotación humana. Cuando Marx hablaba de los obreros como apéndices de una máquina no sabía que la máquina iba a estar controlada por chips y programas de computadora que se alimentaban de energía e información, pero si acertó en algo: seríamos apéndices de la máquina, nos hemos convertido en el principal periférico de entrada y salida (De información y dinero) del gran mecanismo informático.

Bien lo decía el Exterminador: El juicio no puede ser evitado, simplemente será pospuesto.


¿Y cómo podríamos posponerlo?

  1. Busca tu propia música y los videos que quieras ver.
  2. Piensa antes de comprar algo que te sugiere el algoritmo.
  3. Apaga la Televisión, lee algo y usa tus manos para crear algo nuevo (que no sea en un iPad o un teléfono).
  4. Evita los asistentes virtuales para algunos aspectos de tu vida, permítete el ensayo y error.
  5. Abre la alacena y la nevera para saber qué te falta, usar tu memoria de vez en cuando te vendrá bien.
  6. No pidas a domicilio, es bueno salir y buscar los productos tu mismo.
  7. No hagas caso todo el tiempo a Maps, Waze o a las herramientas de navegación.
  8. Errar es de humanos, así que falla y fracasa de vez en cuando, te harás más fuerte a situaciones difíciles. Cómo las máquinas no suelen fallar, esto te dará ventajas.
  9. Estudiar de forma presencial siempre ofrece mejores resultados y te obliga a salir de casa.

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